Sus carátulas por otro lado son capaces de definir un concepto que representa al disco, más allá de una simple fotografía. Es así como en las diversas tapas se puede apreciar un cuidadoso manejo tipográfico, fotografías bien pensadas, colores llamativos pero en formas simples; siempre con un sello particular que de alguna u otra manera expresa su humor propio, usa una paleta tipográfica sobria e imágenes sintéticas; una técnica que al final se traduce en pocos recursos y grandes ideas Al final lo que importa es que el resultado esté conforme no sólo con el artista, sino además con el mensaje comunicacional. El mensaje con valor agregado sólo sale de personas que tienen mucho que decir y poco tiempo para decirlo.
La técnica de la frontalidad descarada, en ciertos casos, resulta indispensable. Esta técnica, bien entendida, consiste en la bofetada, el golpe bajo o el puñetazo en el ojo: no debe andarse con chicas sino ir al grano y con saña. Esta técnica sólo aparentemente es más ingenua. Sólo aparentemente; pues si se aplica con talento será tan directa que se pasará al otro lado, atravesando el sentido. La contundencia supera a su objeto y nos deja estupefactos.
Con ello se evita decir chistes malos, poemas cursis, obviedades estúpidas o, lo que es peor: no decir nada. Dicho en otras palabras: se trata de ser culto, que poco tiene que ver con la lectura de libros y muchísimo con la lectura del mundo. O «estar despierto y
acceder al sentido de las cosas», como lo decía Walt Whitman.
acceder al sentido de las cosas», como lo decía Walt Whitman.
Podemos apreciar su técnica en las siguientes imágenes:
Fuente:
http://entretenimiento.latam.msn.com/cl/musica/articulo.aspx?cp-documentid=25671256
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